El coaching personal y los coaches de vida se han presentado prometiendo mejorar la vida y la carrera de las personas; incluso están dispuestos a enfatizar que “el coaching no es una terapia”.
Tabla de Contenidos
¿Qué es el coaching?
La Federación Internacional de Coaching, fundada en los Estados Unidos en 1995, define el coaching como:
“…Asociarse con los clientes en un proceso creativo y estimulante que los inspira a maximizar su potencial personal y profesional”.
Federación Internacional de Coaching
Desde sus orígenes en el deporte y la tutoría del siglo XIX, la palabra “coach” entró en el léxico empresarial a finales del siglo XX.
En el contexto laboral el término utilizado fue “coach ejecutivo”. Quien era un profesional cuyo objetivo era optimizar el desempeño de los líderes y guiar el desarrollo de los empleados.
Sin embargo, casi al mismo tiempo, la palabra adquirió un pequeño prefijo, “Vida”. Mismo que amplió enormemente su alcance, dando lugar al nacimiento de los “life coach”. Profesionales que, en teoría, podrían ayudar en cualquier cosa.
Sin embargo, una primera controversia arribaría prontamente. Y es que los temas comunes para los coaches de vida, resultan ser muy similares que vemos en muchas sesiones de psicoterapia. ¿Estará bien eso?
La industria de los coach de vida
Es relativamente fácil convertirse en entrenador. De hecho, con la ayuda de las bajas barreras para ingresar a la profesión, el coaching se ha convertido en una industria de más de 53,000 profesionales en todo el mundo para 2018. Y solo en los EE. UU. su valor de mercado supera los mil millones de dólares.
En algunos aspectos, este crecimiento es bueno. De algún modo nos puede decir que como cultura queremos mejorar y estamos dispuestos a buscar ayuda.
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Pero, ¿dónde deja esto a los psicoterapeutas, cuyo enfoque también incluye mejorar el desempeño, en el trabajo y en todos los dominios de la vida. ¿Cómo mantenemos distintas las dos profesiones?
Diferencias entre coaching y psicoterapia
El coaching no está dirigido a personas con problemas de salud mental
El coaching suele estar dirigido a personas sin aparentes problemas de salud mental. Lo cual ya es controversial porque supondría que los coaches tienen la capacitación suficiente para detectar alguna problemática. Y es que de hecho los coaches no están obligados a recibir entrenamiento psicológico. Diferenciador ya defectuoso y potencialmente peligroso.
Por otra parte señalar que es posible que ni los propios clientes sean conscientes de la naturaleza psicológica de sus problemas y que un terapeuta es más apropiado para sus necesidades.
Las temáticas que puede abordar el coaching son generales, imprecisas y se superponen con el trabajo de la psicoterapia.
También se supone que el coaching es más colaborativo, breve, centrado, orientado al futuro e informal que la psicoterapia. Sin embargo, debe ser difícil para un coach dar la impresión de ser algo más que un terapeuta.
Ya que los temas comunes para los entrenadores de liderazgo (como maximización del rendimiento, relaciones laborales y ansiedad profesional) suelen también ser comunes en muchas sesiones de terapia.
Por otra parte la confusión es aún mayor con el coaching fuera del entorno laboral. Ya que puede abarcar, como deja claro el apodo de “coach de vida”, casi cualquier cosa.
Se están borrando las antiguas diferencias entre psicología y coaching
La psicoterapia a lo largo de su historia ha buscado transformar el nexo de poder dentro de la relación terapéutica. Alejándose gradualmente de la figura del terapeuta como Dios hacia una asociación más igualitaria.
Por otra parte, con la ayuda de la revolución de la telemedicina y el acceso las 24 horas a las aplicaciones de terapia. Se ha evolucionado hacia una mayor flexibilidad y menos formalidad.
También hay flexibilidad en cuanto a la hora y el lugar de la sesión. En otras palabras, la psicoterapia misma ha cambiado a medida que ha surgido el coaching. Y aquellos que argumentan que los dos campos están separados hacen comparaciones con una forma de terapia que ya no se practica comúnmente.
Controversia: ¿Cuál es la formación de un coach de vida?
Pero todavía hay una distinción clara entre el coaching y la psicología. Y es que ya sea en persona o en línea, los psicólogos y psiquiatras brindan terapia en el contexto de profesiones fuertemente reguladas y altamente examinadas.
Por otra parte, a pesar de que las organizaciones de coaches también lo solicitan, los aún no tienen requisitos formales de educación, capacitación o licencia. Y en gran medida ejercen en un vacío legal y regulatorio.
Uno puede entender, entonces, por qué los terapeutas formalmente capacitados pueden tener temores hacia el reemplazo profesional.
Es como Uber versus taxistas: el derrocamiento de una profesión establecida por un nuevo grupo al que se le permite operar bajo un conjunto diferente de reglas. Sin embargo, cuando se trata de terapia, los “pasajeros” de los que preocuparse pueden ser pacientes vulnerables.
¿Hay solución para las controversias entre psicología y coaching?
Sin embargo, la solución no es eliminar el coaching. Una nueva profesión de ayuda es un desarrollo bienvenido: cuanta más ayuda, mejor. Pero no hay que olvidar que se deben tomar medidas para que el entrenamiento sea más seguro y más responsable para todos.
Estás pueden ser algunas propuestas:
- Una posibilidad es que los profesionales de la salud mental puedan evaluar a los posibles clientes de coaching antes de que se embarquen en el coaching.
- Otra es que los entrenadores completen una capacitación formal en diagnósticos de salud mental, para que ellos mismos puedan realizar esta evaluación.
- En este sentido si se descubre que un cliente potencial tiene altos niveles de angustia psicológica o un trastorno mental diagnosticable, podría ser dirigido hacia un terapeuta.
- Alternativamente, un entrenador podría desempeñar un papel adjunto a un profesional de la salud mental, que supervisa el proceso de entrenamiento y brinda tratamiento de salud mental específico en paralelo.
Comentarios finales: ¿Cómo hacer más segura la práctica del coaching?
Pero además, independientemente de qué elementos regulatorios se consideren, también debería haber más investigación sobre la eficacia y seguridad del coaching.
Finalmente, debe haber una conversación sobre los factores más amplios que han contribuido al surgimiento del coaching. Por ejemplo su relación con la persistencia del estigma en torno al tratamiento psicológico.
Las personas preocupadas por el estigma pueden pensar que el coaching ofrece una solución alternativa creativa. Y si bien la motivación puede ser noble y comprensible, la realidad da miedo.
Una conclusión es clara: el coaching debe estar claramente definido y regulado. De modo que las intervenciones de salud mental puedan ser ofrecidas por expertos capacitados para realizarlas.
Recuperado y traducido del artículo original Life coaching is unregulated and growing rapidly. Should it be reined in? de Aboujaoude E. para el blog PSYCHE.