Sobre la muerte, mientras que los adultos hemos construido a lo largo del tiempo un cierto entendimiento —aunque a menudo ambiguo y cargado de emociones— los niños se encuentran en una travesía de descubrimiento y asombro ante este concepto.
Tabla de Contenidos
Desarrollo Evolutivo y la Comprensión de la Muerte
- Bebés y niños pequeños (0-3 años):
- En esta etapa, perciben la ausencia y pueden reaccionar al duelo o la tristeza de los adultos, pero no comprenden la permanencia de la muerte.
- Las rutinas son esenciales, por lo que cualquier interrupción (como la pérdida de un cuidador) puede generar ansiedad.
- Preescolares (3-6 años):
- A menudo, ven la muerte como algo temporal y reversible, influenciados por cuentos y dibujos animados donde los personajes ‘vuelven a la vida’.
- Pueden hacer preguntas directas sobre la muerte, pero su comprensión es concreta, por lo que las explicaciones abstractas no son adecuadas.
- Pueden creer que la muerte es como un sueño o que los fallecidos todavía tienen necesidades básicas (comer, dormir).
- Edad escolar (6-9 años):
- Comienzan a comprender la finalidad de la muerte, aunque todavía pueden creer en excepciones (por ejemplo, que a ellos o a sus seres queridos no les ocurrirá).
- La muerte se ve a menudo como algo externo o como una figura, como un monstruo o un fantasma.
- Las preguntas se vuelven más detalladas y pueden surgir inquietudes sobre aspectos biológicos o espirituales.
- Preadolescencia (9-12 años):
- La mayoría entiende que la muerte es irreversible, universal y natural.
- A medida que desarrollan una mayor capacidad para el pensamiento abstracto, pueden reflexionar sobre el significado y la naturaleza de la vida y la muerte.
- Las preocupaciones no solo son sobre la muerte en sí, sino también sobre el proceso de morir y las implicaciones para los que quedan atrás.
Cómo y cuándo hablar con los niños sobre la muerte
1. El Momento Adecuado para hablar de muerte:
- Aprovecha las oportunidades naturales: A menudo, los niños hacen preguntas basados en algo que han visto o escuchado. Estas son oportunidades perfectas para abordar el tema.
- No esperes a que ocurra una tragedia: Si bien es común hablar sobre la muerte después de una pérdida personal, es beneficioso que los niños ya tengan una comprensión básica antes de enfrentar una situación de duelo.
- Hazlo durante momentos tranquilos: Elije momentos en los que el niño esté relajado y receptivo, como antes de dormir o durante un paseo tranquilo.
2. Cómo Iniciar la Conversación:
- Sé directo, pero suave: Usa un lenguaje claro y sencillo. Evita eufemismos que pueden confundir, como “se fue a dormir por mucho tiempo” o “nos dejó”.
- Haz preguntas abiertas: “¿Qué piensas sobre la muerte?” o “¿Has oído hablar de eso antes?” Esto te permitirá evaluar su nivel de comprensión.
3. Elementos a Considerar en la Conversación:
- Honestidad: Siempre es importante ser honesto con los niños. Si no sabes la respuesta a algo, está bien decir “no lo sé”.
- Reafirma la seguridad: Asegura al niño que, aunque la muerte es una parte natural de la vida, hay muchas personas a su alrededor que lo cuidan.
- Valida sus sentimientos: Es vital reconocer y validar cualquier emoción que el niño pueda sentir, ya sea miedo, tristeza, curiosidad o confusión.
4. Respuestas Ante Preguntas Difíciles:
- Muerte vs. Sueño: Aclara que dormir y morir no son lo mismo, especialmente porque muchos niños asocian la muerte con un sueño profundo.
- Causas de la muerte: Si el niño pregunta por qué murió alguien, proporciona una respuesta simple y clara, evitando detalles gráficos o angustiantes.
5. Proporciona un Espacio Seguro:
- Permíteles expresarse: Anima a los niños a compartir sus sentimientos, dibujar, escribir o usar otros medios para expresar lo que sienten.
- Ofrece apoyo continuo: Una conversación no es suficiente. Revisa regularmente cómo se siente el niño y si tiene más preguntas a medida que pasa el tiempo.
Muerte y Duelo en la Infancia
Manifestaciones del Duelo en Niños:
Reacciones Emocionales: Tristeza, miedo, ansiedad, culpa o incluso enojo son comunes. Es importante recordar que el duelo no es lineal y los niños pueden oscilar entre diferentes emociones.
Reacciones Físicas: Cambios en patrones de sueño, apetito, quejas somáticas como dolores de cabeza o de estómago.
Comportamientos Regresivos: Los niños pueden volver a comportamientos más propios de etapas anteriores, como chuparse el dedo o tener accidentes nocturnos.
Factores que Influencian el Duelo:
Relación con el Fallecido: No es lo mismo perder a un abuelo con el que se tenía poco contacto que a un padre o hermano cercano.
Circunstancias de la Muerte: Las muertes repentinas o traumáticas pueden complicar el proceso de duelo.
Soporte Social: La presencia de una red de apoyo, ya sea familia, amigos o profesionales, puede atenuar el impacto.
Cosas a Evitar:
Evitar el Tema: Ignorar la muerte o evitar hablar de ella puede llevar al niño a sentir que sus emociones no son válidas.
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Exponer al Niño a Detalles Traumáticos: Es importante proteger al niño de detalles gráficos o traumáticos relacionados con la muerte.
Forzar una “Recuperación Rápida”: Cada persona tiene su propio ritmo de duelo. Presionar a un niño para que “se recupere” o “se mueva” puede ser contraproducente.
El Duelo a Largo Plazo:
Reacciones Retardadas: Algunos niños pueden no mostrar signos inmediatos de duelo pero pueden hacerlo meses o incluso años después.
Fechas Significativas: Aniversarios, cumpleaños y otras fechas importantes pueden reactivar sentimientos de duelo.
Hablar sobre el Ser Querido: A medida que crecen, los niños pueden tener nuevas preguntas o deseos de hablar sobre la persona fallecida.