A pesar de su prevalencia generalizada, los trastornos de ansiedad todavía están plagados de una multitud de mitos y conceptos erróneos que fomentan el estigma y hacen que el diagnóstico oportuno, el tratamiento individualizado y la recuperación completa sean menos probables.
Para los adultos y adolescentes que viven con este trastorno, separar la realidad de la ficción suele ser el primer paso para resolver los síntomas y recuperar el control.
Desacreditaremos y explicaremos 8 de los conceptos erróneos más comunes sobre la ansiedad persistente.
Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular.
Tabla de Contenidos
Mito: la ansiedad no es una enfermedad real.
Realidad: La ansiedad es una condición psiquiátrica legítima y diagnosticable.
Debido a que sentirse preocupado o ansioso es común y, en pequeñas dosis, puede ser útil para anticipar problemas, muchas personas pueden cuestionar si la ansiedad es una enfermedad mental real.
Las personas con un trastorno de ansiedad diagnosticable por el Manual Diagnóstico y Estadístico de Salud Mental, quinta edición (DSM-5) deben tener un número determinado de síntomas que persisten durante al menos seis meses. Los trastornos de ansiedad pueden ser extremadamente debilitantes y angustiantes para un individuo.
Mito: La ansiedad desaparecerá por sí sola.
Realidad: Los síntomas de ansiedad son persistentes y generalmente requieren tratamiento para desaparecer.
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Las personas pueden experimentar ciertas situaciones o etapas de la vida que pueden aumentar los niveles de ansiedad. Por el contrario, puede haber períodos de tiempo en los que pueda tener una ligera reducción de los síntomas o pueda volver a algunas de sus actividades habituales.
Esto puede parecer que una persona con ansiedad ya no tiene el trastorno o que sus síntomas se han “curado”. Sin embargo, estos trastornos pueden ser crónicos y persistentes y, si no se tratan adecuadamente, es probable que los síntomas de ansiedad regresen.
Mito: La medicación es la única forma de controlar la ansiedad.
Realidad: Hay distintas formas de tratar los trastornos de ansiedad.
Hay muchos tipos diferentes de trastornos de ansiedad, y pueden variar en síntomas y gravedad. De la misma manera, existen muchas opciones de tratamiento diferentes disponibles para las personas que la experimentan.
Aunque la medicación es una opción para controlar la ansiedad y puede cambiar la vida de algunas personas, existen alternativas eficaces.
El mejor método de tratamiento para cualquier persona en particular dependerá del tipo y la gravedad del trastorno de ansiedad, así como de sus antecedentes y preferencias personales.
Mito: Los trastornos de ansiedad no son comunes.
Realidad: La ansiedad es el trastorno mental más común.
Los trastornos de ansiedad son los trastornos mentales más comunes. Existen diferentes tipos y la prevalencia varía según el trastorno.
Los diferentes tipos pueden tener diferentes síntomas y presentaciones, pero todos los trastornos de ansiedad tienen un impacto significativo en la vida diaria.
Aunque son comunes, es posible que no se hablen públicamente o que las personas se sientan avergonzadas o estigmatizadas por sus síntomas. Debido a la alta prevalencia de ansiedad, es importante comprender los signos, síntomas y opciones de tratamiento disponibles.
Mito. Piensa y habrá una razón lógica por la que tiene ansiedad
Realidad: A veces hay una razón que tiene sentido, pero para muchas personas la ansiedad no puede vincularse a ninguna causa en particular.
Nos gusta creer que todo se puede explicar con lógica y que la ansiedad se debe a algún motivo muy arraigado en nuestro pasado. Por definición, los trastornos de ansiedad son irracionales.
En general, este trastorno tienden a ser causados por una combinación de factores (incluso cuando son desencadenados por algo o evento en particular).
Si bien las experiencias pasadas juegan un papel, la verdadera “causa” puede ser muy compleja y puede involucrar cosas como antecedentes familiares de salud mental, abuso de sustancias, experiencias de vida desafiantes, salud física, personalidad y genética.
6.Mito: Las personas con ansiedad simplemente están exagerando.
Realidad: Decirle a alguien que se calme descarta sus miedos, que pueden estar basados en experiencias reales y sentirse válidos.
Si nunca ha experimentado un trastorno de ansiedad, el pensamiento catastrófico de alguien puede parecer irracional. Pero hagas lo que hagas, no les digas que “simplemente se relajen”.
Decirle a alguien que está siendo irracional o que está exagerando es poco probable que ayude. El tratamiento adecuado, generalmente una combinación de terapia y medicamentos, puede abordar esos temores y ayudar a las personas a ver el mundo como más predecible.
7.Mito: El tratamiento para la ansiedad cambiará quién eres.
Realidad: Pero el tratamiento para la ansiedad no disminuye estos rasgos de personalidad.
Algunas personas con ansiedad pueden temer el tratamiento porque no quieren perder rasgos de personalidad que ven como fortalezas. Pueden ser muy motivados, bastante perfeccionistas. Estas son cosas que tienden a acompañar a este trastorno.
Las personas con ansiedad pueden ver su perfeccionismo como lo único que les ayuda a tener éxito en el trabajo o en sus relaciones. Es posible que les preocupe que el tratamiento los obligue a “bajar un poco” o “dejar de esforzarse tanto”, que son pensamientos aterradores para alguien que teme no ser perfecto.
Esas son características de sí mismos .Aprender a usar estos rasgos sin dejar que se conviertan en una disfunción podría incluso convertirlo en un activo mayor.
8. Mito: Respirar en una bolsa de papel previene la hiperventilación.
Realidad: es poco probable que respirar en una bolsa de papel evite la hiperventilación, pero las técnicas de respiración pueden ayudar a reducir la probabilidad de hiperventilación.
La hiperventilación, o respiración rápida y dificultad para respirar, es un síntoma que se puede experimentar en momentos de mayor ansiedad o pánico.
Respirar en una bolsa de papel es una estrategia que existe desde hace mucho tiempo y se usa para ayudar a una persona que está hiperventilando a tomar conciencia de su respiración. Al ver que la bolsa se llena de aire y se vacía, la bolsa de papel sirve como una ayuda visual de que el mecanismo de respiración está funcionando y puede ayudar a alguien a estabilizar su respiración.
Aunque la idea de la conciencia y el control de la respiración es beneficiosa para alguien que hiperventila, existen algunos riesgos asociados con la respiración con bolsa de papel.
Por ejemplo, respirar dentro de una bolsa puede limitar el suministro de oxígeno, lo que puede empeorar la dificultad para respirar y aumentar la ansiedad.
Hay varios ejercicios de respiración alternativos que pueden ser efectivos para controlar la hiperventilación, como contener la respiración, respiración de yoga o respiración diafragmática. Estas técnicas pueden ayudar a alguien que experimenta hiperventilación a tomar conciencia de la respiración y recuperar una frecuencia respiratoria normal.
Referencias
Thwaites, R., & Freeston, M. “Safety-Seeking Behaviours: Fact or Function? How Can We Clinically Differentiate Between Safety Behaviours and Adaptive Coping Strategies Across Anxiety Disorders?” Behavioural and Cognitive Psychotherapy, 2005. Accessed May 24th, 2019.
Bogels, S.M. et al. “Social anxiety disorder: questions and answers for the DSM-V.” Depress Anxiety, 2010. Accessed May 24th, 2019.
