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Hasta ponerlo en palabras – Estigmas de la salud mental

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ponerlo en palabras

Hasta ponerlo en palabras, una reflexión necesaria para estos tiempos donde el estigma por atenderse emocional y mentalmente sigue presente

Entre la locura y debilidad

Hemos crecido en una sociedad en la cual aún es un estigma atenderse emocional y mentalmente.

  • Si eres hombre probablemente creciste con la idea de que no debes llorar ni ser emocional porque eso te afemina
  • Cuando eres mujer probablemente el expresar lo que sientes lo asocian al periodo o la menopausia, en sí, a las hormonas
  • Si alguien llega a la ancianidad y comienza a presentar cambios en su personalidad lo asocian a la vejez y se le resta importancia
  • Cuando un niño tiene algunas actitudes diferentes a otros, se piensa que es una cuestión de educación y que con mano firme se arregla, invalidando lo que el niño expresa de manera verbal o no verbal
  • El peor de los casos, se piensa que el asistir al psicólogo, psiquiatra o psicoanalista es porque falta lucidez. 

Esto refleja el concepto de “locura y debilidad” que le damos a la atención mental y emocional.

No obstante recibir ayuda profesional realmente no está «mal» y eso no nos vuelve “locos ni débiles”, al contrario, admitir y buscar este tipo de atención y cuidado implica mucha fortaleza y búsqueda de bienestar.

Cuando se rompe el estigma…

Es común que cuando una persona supera el estigma y comienza un proceso psicoterapéutico de cualquier corriente, surja una especie de “necesidad” de instruir e influenciar en otros para que también ellos comiencen un trayecto de introspección mediante una terapia.

A todos nos puede pasar eso, y sobre todo con las personas con las que más convivimos o incluso que más queremos, pues algo que nos hace bien y nos brinda paz deseamos compartirlo;  en ocasiones, lo ansiamos por desesperación, pues las acciones de esa persona, de cierta manera, resuenan en nosotros.

Es común escuchar que algunas personas van a terapia por otras personas que deberían ir y no lo hacen. Por dar un ejemplo, cuando alguien inicia un recorrido de autoconocimiento, siente que va avanzando y transformándose internamente mientras que los demás se quedan estancados en la misma problemática, o bien, los otros consideran que la persona “ya no es la misma”, lo que ocasiona conflictos y rupturas en las relaciones, pues ambos involucrados resienten los cambios que representan un arma de doble filo cuando las personas implicadas ya no están dentro de la rutinaria. 

Zona de confort

Es muy cierto que dicha zona de confort es peligrosa, porque al evadir heridas emocionales, no podemos hacerlas conscientes ni tener una conexión congruente con ellas y aunque nos sintamos «protegidos» irónicamente existirá un completo descontrol en todo lo que que constituye nuestro ser, llevándonos a peleas constantes, proyectos inconclusos, exageraciones, enfermedades, trastornos, tristeza, confusiones, sobre pensamientos, celos, estrés, frustraciones y más. 

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Por ello, es muy común que busquemos que el otro también se atienda psicológicamente, sin embargo, por más que deseamos que eso ocurra, sea cual sea la motivación interna, no podemos forzar a nadie a que lo haga. Puesto que si uno no está listo y preparado para confrontar(se), por más que se le plantee la idea o bien, que lo intente, no podrá sostener un proceso psicoterapéutico y lo que este implica.  

¿Qué necesito para afrontarlo?

Aunque la terapia puede ser para todos, es el tiempo, el que no es compartido o similar en cada persona.  Que alguien haya comenzado en cierto momento, no significa que el otro también deba y pueda hacerlo a la par. No hay que olvidar que cada uno es un proceso, cada uno es una estructura, cada uno es una historia. 

Y así como cada uno de nosotros necesitamos nuestro propio tiempo para afrontar, también el motivo, la razón o impulso por el cual decidamos salir de esa zona de confort, también puede variar; tal vez sea una persona, un texto, una canción, una película, un libro, un grupo, la carrera, una comunidad o algo intrínseco; cada persona tendrá diferentes estímulos a esa “espinita” de querer saber más de uno mismo y mejorar.

Se necesita de:

  • fortaleza para poder abrazar la volatilidad de nuestros problemas, fantasmas, duelos, dolencias e historias. 
  • Resistencia y resiliencia para poder hablar, sostener, visualizar y entender lo que nos marca y lastima.
  • Apertura para recibir toda la carga de conflictos a los que nunca les hemos prestado atención, aguantar la maraña de dolorosos recuerdos e ir desenredando con el profesional en cuestión.
  • Vulnerabilidad para aceptar la orientación y el apoyo que el otro nos puede brindar.
  • Comprender que en algunos momentos el proceso puede dar miedo, pero que resultará menos amenazante cuando comencemos a tener control de lo que antes no entendíamos ni percibimos por la desconexión en la que vivíamos.

¿Quieres iniciar un proceso terapéutico? En Neopraxis encuentra al psicólogo adecuado para ti.

Ponerlo en palabras

Es cierto que podría parecer más sencillo y preferible no moverse de esa zona de confort, sin embargo, es inevitable hacerlo porque estamos en constante construcción. Por ello, aunque el caos duele, un día simplemente sabemos qué ya que estamos listos para afrontar, al igual que comprendemos que es necesario ese inicio incómodo para poder empezar a re acomodar nuestros pensamientos y sentimientos para así ponerlo en palabras. 

Las sesiones terapéuticas no siempre serán lo que queremos pero sí lo que necesitamos trabajar, para transformar esa volatilidad y caos en algo que podamos soportar; cada quien a su manera, con sus propias motivaciones y a su propio tiempo.


Sobre la autora de Hasta ponerlo en palabras – Elí Ganem

Texto e ilustración elaborados por Elí Ganem

Elí Ganem es mexico-libanesa y tiene 27 años. Es Licenciada en Dirección de Arte  por Miami Ad School (México-Madrid) y Acupunturista y MCIsta Cuálico Integrativa. Actualmente estudia la Licenciatura en Psicología por el Centro Eleia. Asimismo cuenta con un diplomado en “Femenino – Masculino”, por el Centro Eleia. Es una apasionada en el Psicoanálisis, la Mente Criminal, las Leyes, la Arquitectura, el Diseño, el Arte, y los árboles. Pinta desde hace 10 años por lo cual busca implementar el arte y la psicología en sus actividades. Desea ser una psicoanalista integral.

Contacto

Instagramhttps://www.instagram.com/ga.m.a/?utm_medium=copy_link

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