El erotismo surge de la tensión entre la excitación y la inhibición de impulsos. El erotismo se manifiesta en las cosas que decimos y hacemos, en cómo actuamos y en cómo pensamos.
El erotismo es una parte fundamental de la conformación de nuestra identidad y autoestima. El poder reconocer nuestros cuerpos y sensaciones, validarlas y hacer valer lo que nos gusta o no frente a otro, nos da autoconocimiento y poder sobre nosotros mismos y nuestras relaciones con otros.
Es por eso que te hablamos más sobre el erotismo y como integrarlo como parte de tu autocuidado. ¡Sigue leyendo!
Tabla de Contenidos
Sexualidad y erotismo
De inicio es importante aclarar que sexualidad y erotismo no son lo mismo.
La sexualidad es el conjunto de experiencias humanas atribuidas al sexo (hombres y mujeres). Es decir que la sexualidad no implica solo a los encuentros sexuales. A través de la sexualidad se construyen las relaciones sociales, concepciones del mundo e incluso la identidad.
La sexualidad abarca formas de actuar, comportarse, sentir y pensar sobre algunas capacidades vitales asociadas a ser hombres o mujeres.
¿Qué es el erotismo?
Lo primero es tener claro que el erotismo no es sinónimo de un encuentro sexual.
Esther Perel define el erotismo como la sexualidad transformada por la imaginación humana.
¡Suscribete a nuestro blog!
Únete a nuestra lista de correo para recibir las últimas noticias y actualizaciones de nuestro contenido!
Está energizado por toda nuestra experiencia humana que se convierten en piedras angulares de nuestra vida erótica. El erotismo no es cómodo y aseado. Revela luchas internas, tensiones emocionales, una mezcla de emoción y ansiedad.
Tiene por protagonistas a las personas, a su cuerpo como espacio de desarrollo y a sus experiencias físicas, intelectuales, emocionales y simbólicas conscientes e inconscientes.
Es decir que hay infinidad de tipos de erotismo. Ya que en cada persona se vive a través de diferentes formas de percibir y sentir, como la excitación, la necesidad, el deseo. Que pueden significar goce, alegría, dolor o agresión, generando desde placer hasta frustración.
¿Por que no vivimos el erotismo?
Todos tenemos experiencias eróticas, sin embargo no todas son percibidas como placenteras (en muchas ocasiones por mandatos sociales que nos reprimen), o incluso las pasamos por alto.
En parte por la represión social que existe al respecto del mismo. Sin embargo, hay que ser conscientes de que la represión es vivida de manera distinta entre hombres, mujeres e incluso personas no binarias.
Y es que cada sociedad incluye una cultura erótica conformada por relaciones sociales, normas, códigos, preferencias, practicas, conocimientos, sabiduría, lenguajes y tabúes.
Volviendo la satisfacción que nos ofrece vivir el erotismo una cuestión social y no particular. Por ejemplo, muchas veces tener experiencias como la masturbación están fuertemente estigmatizadas y castigadas, pues se considera indigno, una perversión y sobre todo sin sentido pues no está orientado a la procreación.
Sin tomar en cuenta que el autoconocimiento y reconocimiento de nuestro cuerpo y nuestras sensaciones, así como de nuestras fuentes de placer son parte fundamental de nuestro autoconcepto y aceptación.
¿En donde están los momentos eróticos?
A menudo hablo las parejas se topan con el aburrimiento sexual, sin notar que en los encuentros sexuales suelen priorizar “hacerlo” antes que explorar los deseos ocultos que los excitan.
Incluso lo mismo puede decirse a nivel individual. Ya que, cuando estamos solos, en momentos de autoexploración a su mimos que quienes hacen “el trabajo” son la pornografía o los juguetes sexuales.
Estas experiencias tienen en común que llegan a un final demasiado rápido. Sin embargo, esto no nos ayuda a experimentar verdaderamente los beneficios del erotismo. Por ello, vale la pena preguntarse ¿por qué somos tan rápidos para entrar y salir? ¿Tenemos miedo de lo que pueda pasar cuando vamos más despacio y realmente pasamos tiempo de calidad con nosotros mismos?
El autocuidado erótico
Es importante hacer un ejercicio de conciencia sobre como experimentamos el control social desde dentro.
Ya que podemos encontrarnos midiéndonos y juzgándonos a nosotros mismos, experimentando nuestro cuerpo como una prisión. Pero, si luchamos por no estar dentro de nuestros cuerpos, en lugar de tomar el tiempo de explorarlos.
¿Cómo podríamos sentirnos seguros de invitar a alguien más?. Como dejaríamos a alguien entrar en nuestra personalidad, nuestros sueños, quiénes somos, nuestro corazón y alma cuando muchos de nosotros somos tan autocríticos que olvidamos estas maravillas internas.
Es en este sentido, el autocuidado erótico comienza con disminuir nuestra crítica interior y darnos simplemente el permiso de sentirnos bellos, de disfrutar de nuestra propia compañía, de ser más compasivos y realistas con nosotros mismos sin vacilar entre el exceso y la represión.
¿Cómo incorporar el erotismo a nuestro autocuidado?
El cuidado personal se trata de sintonizarnos con nuestros cuerpos y dejar que nos enseñen lo que nos gusta, lo que no nos gusta y lo que aún no sabemos de nosotros mismos.
Para incorporar el erotismo en un plan de autocuidado el primer paso es aflojar la soga de un mandato cultural que dice que hay que fortalecer el autocontrol. Para que podamos explorar lo que trae vitalidad y vitalidad a nuestras vidas. Ya que, sea que busquemos explorar el erotismo solos o con una pareja, siempre comienza con nosotros mismos.
Se trata de ser receptivo, dispuesto y abierto, estos son verbos muy importantes en el ámbito de lo erótico.
Además, Esther Perel propone que el deseo y la autoestima van de la mano. Ya que para querer, debemos sentirnos merecedores. Lamentablemente, con demasiada frecuencia, no nos sentimos atractivos y por ende no podemos imaginar que alguien más nos vea con ojos diferentes a los nuestros. Por lo tanto, tampoco podemos sentir que merezcamos su toque sensual o el nuestro, para el caso. Esta es una de las formas en que habla el autorrechazo.
Contacta con tus sentidos
Cuando ampliar el rango de nuestros sentidos es también una invitación al mundo para entrar en nosotros. Una forma sencilla de hacerlo es contestando las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es tu temperatura favorita del agua?
- ¿Cuál es tu temperatura favorita en general afuera?
- ¿Cómo respondes al sol, al viento, al aire?
- ¿Eres consciente de lo que toca tu piel, de lo que se cierne a tu alrededor?
- Cuando te lavas, ¿cuál es tu relación con el cuerpo que estás lavando?
- ¿Disfrutas tocándote? Y no me refiero solo a los genitales, sino a complacerte y calmarte a ti mismo.
- Cuando bebes café o té, ¿solo estás engullendo o saboreando?
- ¿Eres consciente de tus experiencias de manera sensorial, sensual y física?
- ¿Cuál es el sentido con el que más haces el amor?
- ¿Qué sentido apenas notas o usas?
Permítete tocar tu cuerpo
Toma en cuenta que existen diferentes tipos de toques: energéticos, afectivos, sexuales y eróticos. Es decir que tocarte abarca desde explorar masajes, caricias, cosquillas y juegos pervertidos hasta algunas actividades como el yoga o el ejercicio físico que ponen en acción los músculos y sensaciones de tu cuerpo.
El objetivo es fortalecer la confianza y conciencia corporales, así como mantener la tensión a través de los movimientos. Por ejemplo, inicia con dejar que tus dedos rueden desde el codo hasta la muñeca de la manera más lenta que puedas. Luego ve aún más lento. Tan fácil como esto.
Hacernos amigos de nuestros cuerpos y hacer las paces con ellos es el comienzo de una de las mejores relaciones que podemos tener: la relación con nosotros mismos.
Esther Perel
Además te invitamos a conocer más sobre el autocuidado en ¿Cómo practicar el “autocuidado”?
Referencias:
- Perel, E. (2021). Erotism. Esther Perel.
- Perel, E. (2021). Why Eroticism Should Be Part of your Self-Care Plan. Esther Perel.
- Lagarde, M. (2014). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. Segunda edición, tercera reimpresión. Editorial Siglo XXI.