La asertividad es un estilo de comunicación vinculado a una amplia gama de resultados positivos en múltiples entornos. Entre otras cosas, la comunicación asertiva puede ayudarte a controlar el estrés (pues nos puede ayudar a decir que no y no asumir más responsabilidades de las que nos corresponden) y la ira, así como a mejorar tus habilidades de afrontamiento.
Ser asertivo es una habilidad que nos permite expresarnos de manera efectiva y defender nuestros puntos de vista, al mismo tiempo que respetamos los derechos y creencias de los demás. Por esta razón es que puede ayudar a aumentar el autoestima al hacer más visible para nosotros el respeto que pueden tenernos de los demás. Esto puede ayudar con el manejo del estrés, especialmente si tiendes a asumir demasiadas responsabilidades porque te cuesta decir que no.
Tabla de Contenidos
¿Qué es la comunicación asertiva?
La comunicación asertiva se define como “la capacidad de hablar e interactuar de una manera que considere y respete los derechos y opiniones de los demás mientras defiende sus derechos, necesidades y límites personales”.
Por lo que se puede decir que es una forma efectiva y sin confrontación de expresar el desacuerdo de uno con una situación o concepto en particular. Por ello los comunicadores asertivos pueden defender sus derechos con honestidad y elegancia, de modo que se reducen los conflictos interpersonales y se mantiene el respeto por los demás. La comunicación asertiva también suele tener como base habilidades socioemocionales que aunque se desarrollan durante la infancia también se pueden fortalecer en la adultez.
¿Para que se puede utilizar la comunicación asertiva?
En general, mientras que la comunicación asertiva ocurre en una variedad de formas y situaciones, por lo general implica el logro de los objetivos de uno sin crear escenas desagradables o poner en peligro las relaciones. Y de manera especifica la asertividad puede implicar:
- El rechazo de demandas (“No, no te volveré a prestar dinero”)
- Comenzar, continuar o concluir una conversación (“Me gustaría hablar con usted sobre mi compensación”)
- Pedir favores (“¿Me ayudarías a cambiar mi neumático?”)
- Sentimientos positivos y negativos (“Me duele cuando me hablas así”).
Características de la comunicación asertiva (ejemplos)
La comunicación asertiva involucra varias cualidades verbales y no verbales. Por ejemplo:
- El contacto visual directo muestra que el hablante es fuerte y no está intimidado.
- Una postura asertiva o postura con el equilibrio adecuado de fuerza y despreocupación. Por ejemplo, permanecer rígido puede parecer agresivo; mientras que encorvarse puede percibirse como débil.
- Tono de voz. Una voz fuerte transmite asertividad, pero alzar la voz muestra agresión y es probable que se encuentre con ira.
- Expresión facial. Las expresiones que no son ni de enojo ni de ansiedad son esenciales para enviar el mensaje correcto.
- Sincronización. La comunicación asertiva debe ejecutarse en el momento adecuado (por ejemplo, no es probable que se reciban bien las solicitudes del cónyuge en medio de una cena).
- Lenguaje no amenazante, no culpabilizador. Por ejemplo, lenguaje como “¡Si continúas haciendo eso, te arrepentirás!” es más amenazante que asertivo.
- Claridad. Por ejemplo, “¿Puedes por favor no ser así?” es vago, mientras que “¿Puedes por favor no alejarte cuando estamos hablando?” transmite más claramente las necesidades del hablante.
- Lenguaje positivo. Por ejemplo, hacer una solicitud negativa (“¿Quieres dejar de tirar tus papeles por toda la casa?”) es menos efectivo que una solicitud positiva (“Aquí hay un divisor que he instalado. ¿Podrías colocar tus papeles aquí?” ).
- Lenguaje sin crítica hacia uno mismo ni hacia los demás. Por ejemplo, frases como “Sé que soy demasiado sensible, pero ¿podrías no usar esa palabra?” y “¿Nadie te enseñó modales?”. son más críticos que asertivos.
La empatía puede ayudarte a desarrollar estas habilidades, para conocer más puedes leer ¿Qué es la empatía?
¿Cómo practicar la comunicación asertiva?
Aprender a hablar asertivamente te permite respetar las necesidades y los derechos de todos, incluido el suyo propio, y mantener los límites en las relaciones, mientras que ayudar a los demás se sienten respetados al mismo tiempo. Y estas recomendaciones pueden ayudarte a desarrollar este estilo de comunicación sana (y aliviar el estrés en tu vida en el proceso).
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Al acercarte a alguien para hablar acerca de un comportamiento que te gustaría ver cambiado puedes agregar descripciones objetivas de lo que han hecho, en lugar de utilizar etiquetas negativas o palabras que expresen juicios. Por ejemplo:
Situación: Tu amigo, que habitualmente llega tarde, ha llegado hasta 20 minutos tarde a una cita para comer.
Respuesta agresiva: “¡Eres tan grosero! Siempre llegas tarde.”
Comunicación asertiva: “Se suponía que nos reuniríamos a las 11:30, pero son las 11:50.”
No asumas los motivos de la otra persona, sobre todo si piensas que son negativos. En esta situación, no asumas que tu amigo llegó deliberadamente tarde debido a que no quería venir o porque valora su propio tiempo más que el tuyo.
No juzgues o exageres
Si somos objetivos acerca de lo que no nos gusta en el comportamiento de alguien evitaremos dramatizar o juzgar. Este es un primer paso importante. Lo mismo es cierto para la descripción de los efectos de su comportamiento. No exageres, etiquetes, o el juzgues solo enfócate en describir:
Respuesta no asertiva: “Ahora, el almuerzo está arruinado.”
Comunicación asertiva: “Ahora, tengo menos tiempo para pasar en el almuerzo porque todavía tengo que volver al trabajo antes de la 1:00.”
Tu lenguaje corporal y el tono de voz es la materia más importante en la comunicación asertiva: Párate derecho, mantén el contacto visual, y relájate. Usa un tono firme pero agradable.
Habla de ti
Al iniciar una frase con “Tu…”, pareciera una sentencia o un ataque y pone a la gente a la defensiva. En cambio si comienzas con “Yo”, la atención se centra más en cómo te sientes tu y cómo te ves afectados por su comportamiento. Lo que además, muestra más propiedad de tus reacciones y menos culpa. Esto ayuda a minimizar la defensiva en la otra persona, modelar el acto de tomar la responsabilidad, y ambos se mueven hacia el cambio. Por ejemplo:
Mensaje de “tu”: “Tiene que dejar eso!”
Mensaje de “Yo”: “Me gustaría que dejaras de eso.”
En una discusión tampoco te olvides de escuchar y hacer preguntas. Es importante entender el punto de vista de la otra persona también.
Poner todo junto
Aquí está una gran fórmula que pone todo junto:
“Cuando [descripción de la conducta de la otra persona], me siento [tus sentimientos].”
Cuando se utiliza con las descripciones, en lugar de juicios o etiquetas, esta fórmula proporciona un no- ataque, de manera directa. Es más responsable que la gente sepa cómo su comportamiento te afecta. Por ejemplo: “Cuando gritas, me siento atacado.”
Elabora una lista de comportamiento, resultados y sentimientos.
Una variación más avanzada de esta fórmula incluye los resultados de su comportamiento (de nuevo, puesto en términos de hecho), y es similar al siguiente:
“Cuando [descripción de la conducta de la persona], entonces [resultados de su comportamiento], y me siento [cómo te sientes].”
Por ejemplo: “Cuando llegas tarde, tengo que esperar y me siento frustrado”. O bien, “Cuando le dices a los niños que pueden hacer algo que ya he prohibido, mi autoridad como madre me es cuestionada, y me siento enojada.”
Trata de pensar en ganar-ganar: ver si se puedes encontrar un compromiso o una manera para los dos para obtener sus necesidades satisfechas.
Referencias:
- Scott, E. (2020). Learn Assertive Communication In 5 Simple Steps. Verywell mind.
- Mayo Clinic Staff. (2020). Being assertive: Reduce stress, communicate better. Mayo Clinic.
- Lonczack, H. (2022). What Is Assertive Communication? 10 Real-Life Examples. Positive Psychology.
