Ser madre y al mismo tiempo tener una carrera profesional activa representa una doble responsabilidad que muchas veces no recibe el reconocimiento suficiente. En esta entrada, hablaremos sobre madres que trabajan, desafíos laborales y personales que enfrentan día con día.
La realidad es que el equilibrio entre el entorno profesional y las demandas personales sigue siendo una meta compleja, marcada por la gestión del apoyo estructural y una carga mental constante. Las madres que trabajan no solo se enfrentan a retos de tiempo y energía, también a la necesidad de encontrar espacios de autocuidado, validación y crecimiento tanto en el plano familiar como en el laboral.
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Madres que trabajan y las jornadas laborales invisibles
Cuando hablamos de madres que trabajan, a menudo pensamos solo en sus responsabilidades profesionales. Sin embargo, muchas veces se omite lo que ocurre fuera del horario laboral: una segunda jornada que no aparece en ningún contrato, ni en ningún reloj de control. Se trata de las “jornadas invisibles”, esas horas dedicadas al cuidado de los hijos, del hogar, de los deberes escolares, de las compras, de las citas médicas, de los despertares nocturnos… y de la contención emocional.
Estas tareas no solo consumen tiempo, también energía mental. Y lo más desafiante es que en ocasiones no todos lo reconocemos como trabajo. Y esto a su vez puede generar una carga emocional doble.
¿Cuáles son los principales desafíos de las madres que trabajan?
Los desafíos de las madres que trabajan se presentan en capas. Desde las jornadas laborales extensas o pesadas, ser madres que también llegan a casa y dedican tiempo a su familia, o ver por las necesidades básicas en el hogar. A continuación te compartimos algunos de los desafíos más comunes que comparten las madres que trabajan:
- Buscar equilibrio entre el tiempo de trabajo y el tiempo en casa, sintiendo que siempre se le está quitando algo a alguno de los dos mundos.
- Enfrentar comentarios en el trabajo como: “ya se va otra vez” o “no quiere ascender porque tiene hijos”, que refuerzan prejuicios y cuestionan su compromiso profesional.
- No contar con redes de apoyo confiables, lo cual dificulta responder con flexibilidad a situaciones como enfermedades de los hijos, reuniones escolares, etc.
- Estar mentalmente divididas todo el día, pensando en lo que dejaron pendiente en casa mientras están en el trabajo, y viceversa.
- Sentir que siempre hay que “demostrar más” en el trabajo para no ser vistas como “menos capaces” por el hecho de ser madres.
- Renunciar a oportunidades profesionales, incluso sin querer, por no encontrar alternativas que les permitan conciliar ambas áreas.
Reconocer estos retos no es una forma de queja, sino un paso para abrir el diálogo y avanzar hacia condiciones más justas, comprensivas y humanas.
La culpa laboral y el reto emocional
Las madres que trabajan y enfrentan desafíos laborales y personales llevan consigo una de las emociones más frecuentes que es la culpa.
Culpa por salir temprano de una reunión para recoger a los hijos, culpa por no estar presente en la actividad escolar, por llegar tarde a casa, por tener que delegar tareas de cuidado o por disfrutar del trabajo. La culpa, aunque no siempre racional, es persistente.
Esta emoción se intensifica cuando no se cuenta con entornos laborales comprensivos ni redes de apoyo.
Ejemplos frecuentes:
- “Me perdí su primera función de teatro por una reunión.”
- “Lloró cuando lo dejé en la guardería y me sentí terrible todo el día.”
- “Hoy preferí ir al gimnasio después del trabajo, pero me siento egoísta por no ir directo a casa.”
Esa culpa también puede aparecer cuando se disfruta del trabajo, cuando se desea tiempo a solas, o cuando se sueña con proyectos personales. Es importante comprender que el reto emocional muchas veces no está solo en “hacerlo todo”, sino en ser compasivas con nosotras mismas.
El verdadero reto emocional está en:
- Reconocer que no somos omnipresentes ni debemos serlo.
- Aceptar que no siempre podremos con todo y que eso no nos hace peores madres.
- Darnos tiempo para nosotras: leer, descansar, salir, tener hobbies sin sentir que estamos “fallando”.
- Validar nuestras emociones, incluso las incómodas, sin juzgarlas.
¿Cómo fortalecer desde lo profesional y lo personal?
El fortalecimiento no se trata de hacer más, sino de encontrar maneras reales, simples y sostenibles de cuidarse, crecer y mantenerse motivadas. Aquí algunas herramientas prácticas que pueden acompañarte:
- Pide ayuda sin culpa: Delegar también es una forma de liderazgo.
- Apóyate en otras madres: Compartir experiencias genera alivio y nuevas ideas.
- Ten una lista de prioridades semanal: Y permite que algunas cosas queden fuera.
- Tómate pausas intencionales: Cinco minutos al día para respirar, caminar o tomar un café con calma pueden marcar la diferencia.
- Habla de lo que necesitas: En casa y en el trabajo. No supongas que los demás lo saben.
Fortalecerse es una construcción diaria, y cada paso suma, aunque a veces parezca pequeño. Y aunque en ocasiones esta práctica pueda ser compleja, buscar el apoyo de un profesional en la salud mental, siempre será una herramienta valiosa.
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Madres que trabajan: procesos que transforman.
Ser madres que trabajan con desafíos laborales y personales, también es un proceso que transforma. No hay otra palabra. Transforman los ritmos, las prioridades, los vínculos, los sueños. Muchas mujeres se descubren más resilientes, más creativas, más empáticas. Otras se enfrentan a crisis que las obligan a repensar su manera de vivir. Todo esto forma parte del viaje.
En este sentido, queremos compartir contigo una interesante historia, de Laura Barona, directora de Comunicación de Ford México, quien a través de una increíble red de apoyo logró conciliar trabajo y maternidad, solo debes entrar aquí.
Lo importante es recordar que cada transformación lleva tiempo. Que no hay necesidad de hacerlo todo rápido ni perfecto. Que ser madre y trabajadora es un proceso continuo de aprendizaje, de ajuste, de reconexión. No hay un manual, hay caminos posibles.
Esperamos que esta información haya sido de gran valor para ti. Si te interesa conocer acerca de 5 principios para equilibrar la vida personal y laboral, entra aquí.