¿Te cuesta trabajo recibir elogios sobre tus capacidades y logros? ¿Crees que no eres tan capaz o inteligente como muchos te dicen que eres? Seguro piensas que varios tus éxitos fueron solo suerte o que cualquier otro pudo haberlo hecho mejor, bueno, pues aquí te explico lo que pasa. Hablamos del síndrome del impostor.
Tabla de Contenidos
¿Qué es el síndrome del impostor?
Según Joan Harvey, el fenómeno del impostor es un “síndrome o patrón psicológico. Se basa en sentimientos intensos y secretos de fraude ante el éxito y el logro. Si sufres del fenómeno del impostor, crees que no mereces tu éxito; eres un farsante que de alguna manera ‘se ha salido con la suya’” (Harvey, 1984, p. 3).
“Síndrome” puede ser un término demasiado fuerte, pero muchos de nosotros experimentamos estos sentimientos con diferentes intensidades y frecuencias.
Características del síndrome del impostor
Parece que el síndrome del impostor es a menudo el más común cuando las personas están pasando por transiciones y están probando cosas nuevas. La presión por lograr y tener éxito combinada con la falta de experiencia puede desencadenar sentimientos de insuficiencia en estos nuevos roles y entornos.
Algunos de los signos comunes del síndrome del impostor incluyen:
- Una incapacidad para evaluar de manera realista su competencia y habilidades.
- Atribuir su éxito a factores externos
- Reprender tu desempeño
- Miedo a no estar a la altura de las expectativas
- Sabotear tu propio éxito
- dudar de uno mismo
- Establecer metas muy desafiantes y sentirse decepcionado cuando no se cumplen
¿Por qué la gente lo experimenta?
No hay una sola respuesta a por qué las personas experimentan este síndrome. Algunos expertos creen que está asociado con ciertos rasgos de personalidad como el perfeccionismo.
Además, una infancia podría jugar un papel. Dos modelos familiares a menudo conducen al síndrome del impostor. En el primer caso, los padres evalúan a sus hijos de manera diferente y los etiquetan. En el segundo caso, los padres idealizan a su hijo.
Pensamientos y sentimientos engañosos
A lo largo de mi trabajo como psicoterapeuta me he topado con varios pacientes, sobre todo mujeres jóvenes, que dudan constantemente de sus capacidades y como consecuencia, viven en un estado de miedo, a veces paralizante, que les dificulta avanzar en ámbitos laborales y relacionales.
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Alguna vez yo también fui una de esas mujeres, y bueno…a veces, esa antigua yo se quiere colar en mis experiencias y elecciones, pero he aprendido a conversar con ella de forma más amorosa para que deje de hacer presencia.
En el trabajo que hago con estos pacientes, he detectado la importancia de trabajar con los pensamientos y sentimientos engañosos e irracionales, así como con la integración de sus propias historias de éxitos y logros. Y en el corazón de todo eso, solemos encontrarnos con esos aprendizajes modelados o explícitos sobre “ser perfectos” o “ser alguien” aunado a esas historias vividas e interpretadas como falta de amor o reconocimiento de algunas personas significativas en sus vidas.
Las dos formas en que aparece el síndrome del impostor
El término fue acotado por Pauline Clance y Suzanne Imes alrededor de 1978, notaron este patrón de comportamiento en muchas mujeres e hicieron diversos estudios para entender este fenómeno psicológico.
Este tipo de experiencia se caracteriza por una idea y vivencia de no ser lo suficientemente bueno en lo que hace, llegando a vivirse como un impostor o fraude o que otros ven en nosotros habilidades y características positivas que no terminamos de creer que tenemos.
Mujeres como Michelle Obama, el CEO de Starbucks o la actriz Kate Winslet saben lo que es experimentar esta trampa mental. Según la Dra. Valerie Young, el Síndrome del impostor aparece de dos formas, una que desaparece con el tiempo y la experiencia, por ejemplo, ante un nuevo reto o puesto de trabajo, y otra más grave, que empeora con el tiempo
(Sánchez, 2017).
Síndrome del impostor: Tipo Natural
El primer tipo tiene que ver con situaciones de vida que naturalmente implican un reto, donde temporalmente podemos sentir que no vamos a poder con eso o que no estamos suficientemente preparados, pero conforme avanza el reto, o la experiencia de vida, nos damos cuenta que era más una idea que una realidad, la tensión e inseguridad se resuelve al poco tiempo.
Síndrome del impostor: Tipo crónica
Sin embargo, en el segundo caso, puede volverse un estado de vida, donde la duda sobre nosotros mismos y nuestra capacidad se hace crónica, imaginamos que somos una constante farsa, no logramos aceptar e integrar las cualidades y reconocimiento que otros hacen de nosotros o que han sido palpables en otros de nuestros logros y éxitos pasados, y al paralizarnos o ser demasiado perfeccionistas, alimentamos al monstruo, pues sí, al estar tan desgastados siendo perfeccionistas o paralizados para no fallar, terminamos no logrando nada o limitando nuestro potencial.
Desencadenando consecuencias
Puede haber muchas consecuencias desfavorables como el dejar ir mejores oportunidades laborales o personales, incluso de pareja, por no creerse capaz o no admitir las propias cualidades, a pesar de lo que dicen los hechos, el propio currículum u otras personas.
Otra forma en que podemos notar este síndrome es en ese conocido hábito de llenarnos de exceso de trabajo como un intento de demostrarnos o demostrar a otros “que somos capaces o dignos (y piénsalo bien en el fondo queremos demostrar que somos dignos de amor y de reconocimiento). Como imaginarás, esto se vuelve un factor detonante de ansiedad y estrés crónicos. ¿Te han dicho perfeccionista o autoexigente? Bueno, ya sabes qué puede estarte pasando.
Y qué decir de esas creencias falsas e idealizadas que nos hacemos sobre los otros que nos llevan a sentirnos impostores e insuficientes. ¡Y, vaya que vivimos en la era perfecta para llenarnos la cabeza de estas idealizaciones falsas!, pues es la era de las redes sociales: solemos estar al pendiente de los perfiles de Facebook o Instagram de otras personas, pensar que tienen vidas más exitosas, que son más guapos o incluso que son más felices, pero… ¿Qué tan cierto será esto? Se nos olvida que tal vez sus vidas y dificultades se parecen, más de lo que imaginamos, a las nuestras.
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¿Cómo afecta el síndrome del impostor en mi vida?
- Profesionalmente: Si cree que el éxito de su carrera se debe a la suerte en lugar de a sus habilidades, es menos probable que solicite un ascenso o un aumento. También puede sentir que necesita trabajar demasiado para cumplir con el estándar alto poco realista que ha creado para usted mismo.
- Salud: el síndrome del impostor puede causar más agotamiento, menor rendimiento de energía y menor satisfacción en cualquier ámbito.
- En la escuela: Los estudiantes no pueden hablar o hacer preguntas en clase si temen que otros piensen que son tontos.
- Crianza: A veces, la mayoría de los padres no se sienten preparados para criar a un hijo. Pero si deja que estos sentimientos se apoderen de ellos, es posible que le resulte difícil tomar decisiones de crianza por temor a arruinar la vida de su hijo.
- Social : Cuando te sientes indigno del amor de tu pareja, del cariño de tus amistades, esta mentalidad de auto sabotaje puede terminar con tus relaciones.
Ejercicios para trabajar el síndrome del impostor
El trabajo con esta experiencia es un proceso, pero por ahora me gustaría compartirte ejercicios que me han servido a mí y a algunos pacientes:
- Reconoce que no eres tan diferente a los otros, que todos somos vulnerables e imperfectos y que lo que cuenta al final es el trabajo que pones en corregir y aprender de los errores, en seguir intentando.
- Háblalo con los otros. No es fácil reconocer nuestras vulnerabilidades, pero empieza a abrirte con tus personas de confianza y con quienes te sientas más seguro, seguro descubrirás que no estás tan sólo en cómo te sientes a veces y te confirmará el punto 1.
- Escribe. Haz distintas listas de tus fortalezas, capacidades y de tus logros, o éxitos. Tómate tiempo para leer y sentir lo que te pasa con esas listas….y sí, reconoce que estás hablando de ti y que eso es real porque está en los hechos, en tu historia, no sólo en tu mente o en un cuento que le contaste a los demás, no eres un impostor, eres tú, real.
- Aceptar los cumplidos y reconocimientos de los otros hacia nosotros, aceptar que sus opiniones y percepciones son reales y válidas.
- Tomar consciencia de la conversación que se está produciendo en tu cabeza
- Pide ayuda psicoterapéutica para que seas guiado en evaluar tus creencias.
- Practicar meditación básica para callar al crítico interno.
Te recomendamos leer: Tips para iniciar tu proceso terapéutico.
Referencias:
Sánchez, Edith (febrero, 2017). El “Síndrome del Impostor”: un mal que afecta a muchos . [Blog La mente es maravillosa] Recuperado de: https://lamenteesmaravillosa.com/sindrome-del-impostor-mal-afecta-muchos/
Harvey, J.C. & Katz, C. (1984). If I’m So Successful, Why do I Feel Like A Fake? Random House: New York.
Un comentario
Buen dia. MI nombre es Ivan M. Tengo 53 años y por al menos los ultimos 15 he padecido de este tipo de pensamientos especialmente al respecto de mi sexualidad y mis capacidades..hasta ahora he creido que se trata de TOC y….llevo años tomando medicamento y terapia…solo en las ultimas semanas pude descifrar esta sensacion de ser “un iluso” que aparenta que finge.un .farsante..lo que dispara dudas e imagenes aterradoras y la idea de que “tengo que admitirlas”…profesionalmente he logrado “mucho”..soy dueño de una “pequeña empresa” que cumple 20 años y siempre he sentido que no es gran cosa…hablo francés, ingles, e italiano y no me parece un merito….tal vez puedes ayudarme?