¡Es tan bonito que quiero aplastarlo! ¡Te quiero tanto que te quiero morder!
No te preocupes: no estás solo y no eres un psicópata secreto. Se trata de un fenómeno normal, conocido por los psicólogos como “agresión tierna”
Tabla de Contenidos
¿Qué es la agresión tierna?
La agresión tierna se refiere al impulso de apretar, morder o pellizcar algo tierno, como un animal pequeño o un bebé humano, sin ningún deseo de causarle daño.
En respuesta a experiencias positivas, algunas personas expresan sus sentimientos de forma dimorfa, lo que significa que muestran reacciones tanto positivas como negativas.
Los investigadores han descubierto una relación entre la agresividad simpática y la actividad cerebral, relacionada con comportamientos de cuidado (por ejemplo, abrazar, tocar) y la sensación de estar abrumado.
¿Existe algún peligro en la agresión tierna?
Mientras no lleves a cabo estos impulsos ligeramente agresivos, no harás daño a nadie ni a ti mismo.
“Las respuestas de agresión simpática no suponen ningún peligro en absoluto para el ser humano que las experimenta ni para los perros ni para el objeto simpático que desencadena la reacción”
afirma el Dr. Myers.
La agresión tierna es sólo un impulso. No conduce a la violencia.
Por el contrario, infligir daño o sufrimiento a un animal es maltrato animal, que, para ser claros, no es lo mismo que la agresión tierna.
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La mayoría de la gente tiene suficiente autocontrol para no apretar demasiado fuerte a un cachorro; de lo contrario, podría causarle un daño real.
¿Por qué queremos morder a nuestras parejas?
La razón es que ¡le quieres! o te parece tierno.
Otros signos de agresividad simpática son la tensión en la mandíbula, el deseo de pellizcar o apretar cosas simpáticas, o incluso darles un puñetazo.
La agresividad no es una enfermedad ni un trastorno, por lo que no se puede “diagnosticar”. Es sólo una reacción humana común al ver algo bonito o que le tengas mucho amor.
¿Qué pasa en nuestro cerebro?
Se ha estudiado la actividad neuronal de los que experimentan una agresión tierna.
Esta respuesta se asoció a una mayor actividad no sólo en los sistemas emocionales del cerebro, sino también en sus sistemas de recompensa, que regulan la motivación, el placer y los sentimientos de “querer”.
Los científicos sospechan que la agresividad simpática es la forma que tiene el cerebro de hacer frente a la abrumadora respuesta que se produce cuando se activan estos dos potentes sistemas cerebrales.
En otras palabras, para moderar la avalancha de sentimientos positivos, el cerebro añade una pizca de agresividad. Y puede haber una buena razón, evolutivamente hablando, para que esto ocurra.
Referencias:
Maharaj, N. (2022, 7 septiembre). What Is Cute Aggression, and Do I Have It? American Kennel Club. https://www.akc.org/expert-advice/lifestyle/what-is-cute-aggression/
